EEUU pone fin a su programa para armar y entrenar a rebeldes sirios

Agencias
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Washington anuncia que cesará el reclutamiento de insurgentes y dará formación a líderes de grupos opositores sobre maniobras operativas, como solicitar el apoyo de ataques aéreos

 
 
En plena crisis internacional por la intervención de las Fuerzas Armadas rusas en el conflicto de Siria, en el que la coalición liderada por Estados Unidos acusa a Moscú de estar atacando objetivos rebeldes en lugar de posiciones yihadistas, el Gobierno de Barack Obama anunció ayer que ha decidido poner fin al programa dotado con 500 millones de dólares (unos 440 millones de euros) para armar y entrenar a los opositores al régimen de Bachar al Asad.
La decisión de cerrar este proyecto fue adoptada después de que la Inteligencia norteamericana constatase que no ha conseguido crear fuerzas terrestres de combate capaces de imponerse a los milicianos del Estado Islámico (EI) en el país árabe.
Un responsable del Departamento de Defensa de EEUU aseguró que no va a haber más reclutamiento de insurgentes moderados para someterlos a ejercicios de entrenamiento en Jordania, Qatar, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, en su lugar, se establecerá un centro de formación de mucha menor entidad en el que se dará formación a líderes de grupos rebeldes sobre maniobras operativas, como, por ejemplo, cómo solicitar el apoyo de ataques aéreos.
El Pentágono agregó que los esfuerzos se centrarán ahora en apoyar a la insurgencia siria del mismo modo en que Washington ha respaldado a las fuerzas kurdas en su lucha contra el EI en territorio sirio, «un ejemplo de un enfoque efectivo en el que hay un grupo que está capacitado y motivado sobre el terreno, al que puedes apoyar para que tenga éxito», según apuntaron desde la administración Obama.
Entre tanto, Francia bombardeó por segunda vez posiciones de los yihadistas en la nación árabe, mientras Rusia anunció que ha matado ya a un centenar de extremistas.
Sin embargo, la ofensiva contra el Estado Islámico no parece haber frenado a la milicia, que consiguió su mayor conquista territorial en meses al tomar el control de varias zonas al norte de la ciudad de Alepo que estaban hasta ahora bajo control rebelde, acercándose así a la zona en poder del régimen de Damasco.
Con este avance, corren peligro, además, importantes rutas de suministro entre Alepo y la frontera turca, por lo que miles de combatientes de Irán y la milicia chiita Hezbola han sido desplegados en Siria para intentar frenar las conquistas del EI.