Un premio muy español

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Imanol Arias recogió anoche la Espiga de Oro en el Teatro Calderón, «un galardón que me hace tener los pies en la tierra»

Imanol Arias con Irene Visedo y Emilio Aragón. - Foto: Ical

El actor leonés Imanol Arias (Riaño, 1956) confesó que la Espiga de Oro de Honor 2014 de la Seminci es un premio que reconoce al cine español de toda una época, que transcurre en los años 80 y 90 del siglo pasado. «Cometimos muchos errores pero llegamos en un momento en que el cine estaba muerto y abrimos el cajón de sastre para uno nuevo», consideró al recoger su galardón en el Teatro Calderón.

En un encuentro previo con los medios de comunicación, bromeó que el galardón le llega muy pronto aunque apuntó que esta tarde, al salir al escenario del Teatro Calderón para recibir la Espiga, tendrá la misma sensación que cuando obtuvo el Premio de Actor Revelación en el Festival de San Sebastián en 1987. No en vano, confesó que el oficio de actor tiene algo relacionado con la muerte poética porque «nacemos y morimos todos los días al ponernos delante de una cámara».

Arias manifestó sentirse cómodo con el papel de alumno y huyó de la «satisfacción abobada» que, en ocasiones, dan los premios y los reconocimientos. «El sentirse una persona realizada no es bueno para actuar porque hace falta desasosiego y amor a las cosas para no sentirse incómodo con esta cátedra», precisó. Fue entonces cuando apuntó que «estoy en tercero de Sacristán (en referencia al veterano actor José Sacristán) y me está costando aprobar cuarto».

No en vano, recordó que siempre se ha sentido un «asilvestrado» en el Séptimo Arte porque llegó a este mundo sin formación. «Más que un máster tengo el libro gordo de Petete», afirmó aunque aconsejó a los jóvenes contar con cierta de formación antes de convertirse en actores, ya que les facilitará entender la comunicación, la responsabilidad social y el cine, en general. En todo caso, realizó un balance positivo de su carrera, con «muchas películas malas pero con excelentes experiencias y algunas cintas buenas».

El lute.

Citó, por ejemplo, su papel en ‘El Lute’, una película que definió como el «paradigma de lo imposible». Entre otras cosas, porque cuando Vicente Aranda le dio la oportunidad de ser el protagonista se sintió «acomplejado». Es más, la entrega de la Espiga de Oro a Imanol Arias iba corresponder al director pero una enfermedad le impide estar presente en Valladolid. Finalmente, será Emilio Aragón, una persona con la que el actor está muy agradecido al sacarle del «pozo» de la televisión con un papel en ‘Pájaros de papel’.

 Además, apuntó que tanto Emilio Aragón como él son hombres que han hecho carrera en la televisión. Una televisión que, dijo, ya no es la hermana pequeña del cine sino que es complementaria. Aseguró estar muy agradecido a un soporte que le facilitó mucho el camino. Imanol Arias ha trabajado en programas y series de televisión como ‘Anillos de oro’ y ‘Cuéntame cómo pasó’, en antena desde 2001. «Tengo compromiso con ‘Cuéntame’ hasta el final pero no se puede eternizar», precisó.