Los Sanfermines de 2018 tocaron ayer a su fin con una jornada cargada de emociones, desde el veloz encierro que corrieron los toros de Miura, sin heridos por asta, hasta el Pobre de mí que a medianoche despidió definitivamente las fiestas en la Plaza del Ayuntamiento.

Nueve días de fiestas con ocho encierros que se han caracterizado por su limpieza y velocidad, el más rápido el de ayer, con una duración de dos minutos y 12 segundos.

La manada de Miura, ganadería legendaria ya con 52 carreras en Pamplona, corrió como suele hacer, desentendida de los mozos, aunque pese a ello se vivieron varios momentos de tensión.

Tras una salida limpia desde los corrales de Santo Domingo, todo fue bastante tranquilo hasta la calle Mercaderes, cuando los toros chocaron contra el vallado de Estafeta, donde el que cerraba grupo cayó al suelo.

A partir de este momento, el animal se quedó separado y la manada comenzó a estirarse y abrió huecos que permitieron a los corredores acercarse a las astas.