José Miguel Ortega:La plaza con la iglesia más bonita de Valladolid

M. Rodríguez
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1. Iglesia de Santa María La Antigua, Arzobispo Gandásegui, s/n. José Miguel Ortega considera que este es la iglesia más bonita de Valladolid. Además ha vivido los importantes cambios que ha vivido el entorno. Así, cuando era pequeño recuerda que la rodeaban casas y algunos bares muy conocidos frente al espacio abierto que hay ahora. También tiene grabado en su memoria el olor a pescado que había en la zona cuando funciona el mercado de abastos de Portugalete. Aunque esta iglesia es muy especial para él porque se casó allí. Y comenta que será de las pocas bodas donde el novio hizo esperar a la novia media hora. Explica que un amigo fotógrafo era el encargado de llevarle a La Antigua, pero que tenía que entregar unas fotos antes. Se perdieron por la ciudad y por eso llegó tarde a su boda.
 
2. Plaza Wattemberg. El escritor elige este entorno porque asegura que es uno de los pocos que se salvaron del crimen urbanístico de los años 60. Lamenta que con el pretexto de la industrialización de la ciudad se destruyeron los palacios del casco histórico para construir bloques de pisos. Además, comenta que desde ella se puede disfrutar de la fachada del Museo de Escultura, un espacio que aconseja conocer o revisitar a los que ya lo conocen. Este espacio también le gusta porque asegura que es muy tranquilo y muy apropiado para pasear.
 
3. Plaza España. Esta plaza es muy significativa para el periodista porque es la entrada a la calle Panaderos, donde nació y pasó gran parte de su infancia. De esa etapa recuerda el cine Capitol, que define como el clásico cine de barrio con sesiones dobles. Y allí vio sus primeras películas en blanco y negro y alguna que otro con besos censurados. También recuerda que en la plaza estaba el Mercado del Campillo, que se demolió en los años 60, y el Bar Rojo, donde asegura que prácticamente nació el rugby vallisoletano.
 
4. Campo Grande. Reconoce José Miguel Ortega que este lugar es muy especial para todos los vallisoletanos. Es el espacio donde se lleva a jugar a los niños cuando son pequeños y luego cuando estos son adolescentes recurren al parque para llevar a sus ligues. Aunque él lo sitúa en su lista de lugares favoritos porque allí ganó su primer sueldo, 800 euros, como bibliotecario en la biblioteca municipal que está allí. Explica que le contrataron cuando se reabrió en los años 60, después de décadas cerrada, y que la experiencia fue increíble porque allí encontró libros espectaculares y descubrió a autores como Jorge Guilllén, que en esos momentos estaba censurado.
 
5. Las Moreras. Este pulmón verde de centro de la ciudad tiene también connotaciones de la infancia del periodista. Recuerda que en el paso alto se instalaban las casetas del Real de la Feria en las fiestas patronales, pero sobre todo lo elige porque jugaba al baloncesto y asegura que las canchas de Las Moreras eran su hábitat natural. También hacía atletismo y recuerda que la mayoría de las carreras populares tenían allí la salida o la meta. Su primera carrera, a los 16 años, fue allí y la ganó. De hecho, recuerda que esa temporada ganó todas menos una, que coincidió que era la única que había ido a ver su abuelo.
 
6. Teatro Calderón, calle de las Angustias, 1. Elige este espacio porque considera que es verdaderamente deslumbrante. Recuerda que la primera vez que fue al teatro tenía 10 años. Él y su primo compraron una entrada en ‘el paraíso’ (gallinero). Cuando entraron en el teatro subieron al primer piso y se sentaron en un palco hasta que llegó un acomodador y les explicó que tenían que «subir al paraíso», recuerda entre risas. También es un lugar especial para él porque en el piso superior del edificio estuvo mucho s años La Voz de Valladolid, emisora que luego se convirtió en Radio Nacional de España.
 
7. Calle Platerías. El periodista y escritor recalca que esta céntrica calle le parece la mejor trazada de la capital y es una de las primeras de Europa con el concepto actual de calle de convivencia de viviendas y comercios. Y matiza que sigue así. Además, comenta que le recuerda mucho a una de Salzburgo, que es preciosa. Lamenta que no se construyera la Gran Vía que estaba prevista desde la estación de tren hasta la Iglesia de la Vera Cruz. También recuerda que detrás de esta iglesia, en Felipe II, había tabernas importantes como Vinos Merino, que antes era Los Gemelos, que eran hijos de un tabernero muy conocido al que apodaban ‘El Candorro’.
 
8. Calle Santo Domingo de Guzmán. Otra calle muy especial en el centro de Valladolid. Asegura que es una de las más antiguas y bonitas, además de tener trazado medieval. Recuerda que antes se llamaba calle de Santa Catalina de Siena, pero se cambió el nombre y nadie sabe a ciencia cierta porqué. Pero la elige porque es de lo poco que se conversa en la capital de esa época y porque le gusta el silencio que hay en ella, además de que le trae muy buenos recuerdos.
 
9. Estadio José Zorrilla, avenida Mundial 82, s/n. Recuerda José Miguel Ortega que lleva viendo fútbol desde los 8 años. A esa edad le hizo su padre socio del Real Valladolid y comenzó a ir a ver al equipo al antiguo estadio, en el paseo de Zorrilla. En ese momento el equipo estaba en Primera División y señala que el primer encuentro que recuerda fue contra el Atlético de Madrid. Un partido que iban ganando los rojiblancos y que el Valladolid remontó en los últimos minutos. De ese día recuerda multitud de autobuses aparcados en la Acera de Recoletos y como los madrileños venían también a comprar el pan blanco de Valladolid.
 
10. Bar Abstracto, calle del Conde de Ribadeo, 3. José Miguel Ortega recomienda este bar porque asegura que es una sorpresa. Asegura que la calidad precio es inmejorable y que por 15 euros se puede comer de cine. Resalta la calidad de los productos que ofrecen y su extraordinaria cocina. Reconoce que tiene una carta limitada, pero recomienda su carpaccio de carne de buey o el pulpo a la plancha. Un consejo, si se va en grupo, lo mejor es compartir.