Acallando posibles rumores y en las horas más oscuras de su mandato en Andalucía, la presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, volvió ayer a descartarse como candidata a las primarias que su partido celebrará en noviembre, al tiempo que aseguró que seguirá en su comunidad, y que cuando haya candidato tras el congreso, trabajará «para que sea el futuro presidente de España».
En una entrevista en un magazine, se mostró convencida de que el PSOE puede «ganar en 2015», con un cartel elegido por los simpatizantes socialistas en lo que supone, en su opinión, «un hito, ya que se trata de una apertura del partido a la sociedad».
A su juicio, «no puede ser que existan listas cerradas y que concurran como representantes personas que ni se conocen en esas circunscripciones. No puede ser que haya tanta distancia entre las formaciones y la sociedad, que nos perciban como a una casta».
Asimismo, Díaz subrayó que tiene buena relación con el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y, preguntada por si los socialistas podrían ganar los comicios con el cántabro como líder, insistió en que en 2015 los progresistas pueden ganar, pero habrá que esperar «a ver quién se presenta». Añade que el actual líder del PSOE no ha mostrado aún su intención de presentarse como candidato: «Pues esperemos».
Por otro lado, Díaz defendió que los ciudadanos tienen que salir a la calle porque «está en peligro la Educación, la Sanidad y el sistema de dependencia». Desde su óptica, el Estado del Bienestar es sostenible, pero «hacen falta acuerdos y pactos», a la par que criticó que la derecha ha encontrado en la crisis una «excusa» para «desmantelar el sistema que hemos construido entre todos».
De la misma manera, la socialista defendió las medidas que ha puesto en marcha en la comunidad y aseveró que la urgencia en el territorio, hoy por hoy, es el empleo, «con iniciativas que se han entendido más y menos». Asume en este punto que ha «chocado» que buscase alianzas con las principales empresas de este país, aunque argumenta que es «fundamental si quería que Andalucía fuera una tierra de confianza y atractiva a la inversión».
‘Jueza’ y no parte.
Con este nuevo no, que parece el definitivo, las quinielas se trastocan, si bien es evidente que el aspirante deberá contar con su beneplácito, ya que la federación andaluza es la más fuerte de toda España, como se demostró en la última conferencia política. Es jueza.
Quizás por eso mismo, el secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, viajará esta semana a Andalucía para ganarse un hipotético apoyo de la sevillana, aunque, oficialmente, vaya a hablar sobre el modelo de financiación.
Puede que por eso mismo, dos días después, vaya a Barcelona a verse con el cada vez más debilitado jefe de los socialistas catalanes, Pere Navarro, que deberá apostar por caballo ganador en caso de que se descabalgue en su tierra.