Cuando muchos diseñadores se vuelven locos en la búsqueda de nuevos caminos que vayan más allá de los limites tradicionales, otros apuestan a caballo ganador con patrones clásicos, como se vio ayer en la cuarta jornada de la Mercedes-Benz Madrid Fashion Week  en los desfiles de Roberto Torretta, Devota&Lomba, Custo Barcelona, Roberto Verino y Andrés Sardá.

Y, a juzgar por las propuestas, esta reflexión está muy presente, ya que la mayoría de los diseñadores defienden su concepto de feminidad ligada a los patrones tradicionales, aunque descubren puntadas que resultan algo más rompedoras.

Así, la marca de lencería sacó la imagen más guerrera de la mujer sin renunciar a mostrar su lado atractivo, y no dudó en aupar al frente del desfile a la modelo Rosanna Zanetti. 

La colección, como todas las que idea Nuria Sardá, cuenta un relato que se representa en la pasarela y que ayer hablaba de un robo, al tiempo que mezclaba distintos conceptos con modelos representadas como chicas buenas y malas. Además, la historia estaba ambientada en tres localizaciones, Nueva York para la ladrona, París para la persecución, y Tokio, el arresto. Un guion perfectamente contado a través de una amplia paleta de colores. 

A continuación saltó a la pasarela Roberto Torretta, o más bien su hija María, con una colección que pretendía seducir a una clientela joven y moderna, heredera de la habitual de esta casa, amante del lujo.

Torretta defiende las asimetrías, las aplicaciones sobre gasa de seda y los flecos, motivos que se salen de lo que hasta ahora era su estilo.

La tercera apuesta vino de la mano de Custo Barcelona, que presentó tonos metálicos, azules, rojos y naranjas, así como vestidos muy sexys, femeninos y cortos.