La ruta del andamio

Luis Amo
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Más de una decena de estructuras están erigidas casi de manera permanente, destacando el de plaza Santa Ana que lleva dos décadas · El Ayuntamiento poco o nada puede hacer ante litigios casi eternos

Andamio en la calle San Martín. - Foto: El Día

Algunos andamios están prácticamente integrados en el paisaje urbano. Parecen como parte del patrimonio vallisoletano. Salvando las distancias, la ciudad podría contener hasta una ruta turística de andamios porque, en muchos casos, esconden peculiares fachadas. El casco monumental, por las características de sus edificaciones o por la prolongación en el tiempo sujetando históricos inmuebles, son los más reconocibles para la mayoría, si bien todos los barrios cuentan con alguna de estas estructuras. Pero lejos de que el Ayuntamiento pueda realizar una ejecución subsidiaria de una determinada rehabilitación o pueda acelerar una obra con otros instrumentos normativos, lo cierto es que a priori únicamente puede exigir a los propietarios de un edificio su correcta sujeción para que no suponga peligro para peatones o coches en esa vía y, en el caso de tener la correspondiente licencia de obra, que haya obras. Su restauración -caso de edificios catalogados como P3- e integración a la nueva construcción -caso de las fachadas-, asimismo, está en muchos casos conexo a procesos de tramitación de herencias, desahucios o proyectos de obra.

CONTROL MUNICIPAL.

Edificio del Lucense, en el paseo de Zorrilla.Edificio del Lucense, en el paseo de Zorrilla. - Foto: El Día La administración multiplica por momentos el envío de numerosos requerimientos a los propietarios de edificios que urgen de una rehabilitación por tres cuestiones fundamentales: que mantengan de manera salubre el solar resultante del inmueble, que los andamiajes estén anclados de manera correcta y que todo el recinto esté perimetrado y cuidado para que no accedan personas ajenas y para evitar la proliferación de plagas. Estas quejas, precisamente, están siendo especialmente habituales entre las comunidades de vecinos colindantes. Capítulo aparte también merece, para residentes del entorno y para ciudadanos en general, que la dejadez de estos bloques presenta una mala imagen de ciudad.

En este sentido, tres de las construcciones que originan más perplejidad entre los viandantes, de aquí y de allí, son el edificio situado en la esquina entre el paseo de Zorrilla y Puente Colgante (edificio Lucense), el peculiar chalet situado en la calle Zúñiga (Villa Julia) o la portada sujetada desde hace una veintena de años en la plaza de Santa Anta con Pasión. Este edificio, precisamente, es la intervención más polémica e incluso subgéneris de todas cuantas están pendiente de arreglo en la actualidad dado que, hasta el propio alcalde, Francisco Javier León de la Riva, llegó a reconocer públicamente que podría existir alguna filtración dentro de la administración respecto a cuándo los técnicos iban a acudir a inspeccionar las obras. Y es que, si los técnicos municipales detectan que no hay obras en una construcción que cuenta con las consiguientes licencias y ha empezado las mismas, puede ser sancionada. Sin embargo, las multas ejecutadas fueron mínimas porque «casualmente», siempre que había tal inspección, había al menos un obrero trabajando en el céntrico solar.

El inmueble del Lucense es otro caso particular. Su fachada está anclada a una estructura metálica desde hace más de una década, existiendo un importante litigio relacionado con herencias el que ha impedido su pronta rehabilitación. No obstante, tras llegar a una cuerdo entre las partes, el año pasado obtuvo la correspondiente licencia de obras tras varios proyectos desestimados. Así, el futuro de ese bloque será respetar la portada de ladrillo existente y levantar una torre de viviendas de modo retranqueado de manera que visualmente la nueva construcción vaya en paralelo a la contigua existente.

En cuanto a Villa Julia, se trata de un chalé con muchas novias. En estado ruinoso desde hace dos décadas, habiendo pasado numerosas vicisitudes y robos de puertas de acceso, balcones y ventanas realizadas en una forja especialmente cuidada y de mucha calidad, varios promotores han querido instalar allí desde viviendas privadas, un complejo de oficinas y despachos de atención al público, una conocida marca de moda de hombre y mujer (H&M) e incluso un establecimiento hotelero. Todas estas iniciativas se han encontrado con un rígido Plan General de Ordenación Urbana de Valladolid, cuya nueva redacción podría dar el visto bueno a una actividad en este edificio y, por tanto, a su definitiva restauración.

ANDAMIOS, SOLARES Y PRÓXIMOS.

Con todo, en la actualidad, en el casco histórico pueden contabilizarse más de una decena de inmuebles con históricos andamiajes, si bien destacan los de la calle Colmenares (edificio de la Discoteca Campus); paseo de Zorrilla esquina con Puente Colgante (Edificio Lucense); el de la plaza de Santa Ana que lleva dos décadas levantado; el chalé Villa Julia de la calle Zúñiga; en Fray Luis de León, Angustias (antigua farmacia Retuerto), San Martín (taller de bicicletas) o, más reciente, en la Ferrari con Duque de la Victoria. Las obras en este edificio se han reiniciado recientemente, si bien su complejidad y la creación de un aparcamiento robotizado prolongarán la estancia de los andamios en ese punto anexo a la Plaza Mayor.

Pero también destacan seis solares vallados (Teresa Gil, Conde Ansúrez, Duque de Lerma, Gallegos, Bajada de la Libertad o junto a plaza del Ejército) o varios con mallas de protección en sus fachadas (Núñez de Arce y Estación). Una lista, además, que en las próximas semanas se sumarán tres bloques en las calles de Regalado (donde estaba la conocida tienda del Paraíso del Plástico), Tintes (esquina con Portugalete) y Universidad (hotel frente a la Catedral, en la calle Cardenal Cos).

Al detalle

Históricos andamios. Valladolid suma en su centro histórico más de diez edificios con grandes estructuras de andamios que, en algunos casos, llevan colcados unas dos décadas (plaza de Santa Ana) y que perjudican en cierta forma la imagen de ciudad.

Papel municipal. El Ayuntamiento de Valladolid sólo puede requerir a sus propietarios que las fachadas estén correctamente ancladas y el solar resultante del bloque limpio, sin escombros y vallado para evitar problemas de salubridad en ese entorno residencial.

Problemática. Los casi permanentes andamios tienen como principal escollo los procesos de herencias con problemáticas que en muchos casos se tienen que salvar en los juzgados. Otro problema habitual es los desahucios a antiguos inquilinos o la tramitación de proyectos de obras.

Edificios. El centro cuenta ahora con una decena de edificios con andamios, seis derribados y perimetrados con un muro o tres con malla de seguridad y protección.