El Real Valladolid vivió un noviembre negro en cuanto a resultados, con una victoria, dos empates y dos derrotas. Y se recuperó. Supo dar un golpe encima de la mesa pese a que lejos de su estadio no terminó de ser fiable. El sábado consumó su segundo mes horribilus en lo que va de temporada. Cerró marzo con tres derrotas en cuatro jornadas, que se puede ampliar a las cuatro derrotas en seis encuentros desde el pasado 22 de febrero.
Betis, Ponferradina y el sábado Albacete superaron, todos merecidamente, a los blanquivioleta. Y, aunque la palabra crisis vuelve a revolotear el José Zorrilla, la clasificación dice que el Real Valladolid se mantiene a solo tres puntos del ascenso directo.
Pese a perder, por segunda vez en lo que va de Liga, dos encuentros consecutivos, la igualdad de la categoría le deja a un triunfo del Sporting, segundo clasificado y que esta jornada no pasó del empate en Pamplona, con el que tiene el golaveraje ganado. Eso sí, ahora cierra el grupo de los cinco elegidos a luchar por todo. Grupo que comanda un Betis que ha abierto un poco de brecha, con cinco puntos de ventaja ya sobre los blanquivioleta, gracias a su victoria en Huelva. Además, Las Palmas y Girona también ganaron.
Los de Rubi, fiables en su estadio, rompieron el sábado una de esas rachas que llevan a un ascenso. No encajaban un gol desde el 23 de noviembre, cuando la Unión Deportiva Las Palmas se imponía por 1-2. Seis victorias y un empate era la inmaculada trayectoria hasta la visita del Albacete. El trabajo del técnico catalán ahora se multiplica: no solo debe cambiar la dinámica que llevaba su equipo como visitante, con tres derrotas consecutivas lejos de su estadio; sino que tiene que conseguir que su plantilla se olvide del encuentro ante los manchegos, donde la ansiedad hizo acto de presencia. «Lo peor que podríamos hacer sería desengancharnos de las dos primeras plazas y entrar en depresión», señaló Rubi el sábado, añadiendo que se ve fuerte y que en estos casos es donde más se debe notar su trabajo.
Para el sábado en Girona recuperará a sus dos internacionales y quizá tenga ya disponible a Roger, con lo que, salvo Alfaro, el entrenador contaría con toda su plantilla para ese encuentro y para una recta final donde la palabra crisis ha vuelto a aparecer.