El Real Valladolid ya es segundo. Lleva cuatro victorias en cinco jornadas. Y en Zorrilla se mantiene invicto. Los blanquivioleta volvieron a demostrar que le tienen cogida la medida a la categoría. Si en Alcorcón realizaron un encuentro de oficio ayer casi lo repitieron aunque en casa y con ‘menos’ agobios.

Lo de los agobios va por barrios. Alguno dirá que si Varas, ayer de nuevo titular, no evita sobre la línea el 2-1 en el minuto 76 en una vaselina de Ruso el sufrimiento habría sido eterno, como el día del Mallorca. Pero la realidad es que el tramo final ante el Tenerife lo firma Rubi y todo Valladolid, a pesar del 2-1. Aunque el cuadro insular tuviese la pelota y llegase a las inmediaciones del área de Varas... aunque los blanquivioleta no generasen ocasiones en la segunda parte... a pesar de ese gol final de Dávila.

Los tantos de Rueda y Timor, ambos de falta directa, permitieron ese relax final. Y, sobre todo, hicieron sumar tres puntos más, y van 12. Lo del 2-1 del marcador es casi anecdótico porque el tanto chicharrero llegó en el 93.

Chica busca un centro desde la banda derecha.

Y a todo esto. El Real Valladolid salió avasallador, como se le espera en Zorrilla ante conjuntos dubitativos. Logró el primero cuando más de uno aún no se había sentado en su asiento. Rueda, como cuando capitaneaba el Promesas, puso lejos del alcance de Jacobo la primera falta del encuentro. Era el comienzo soñado. A partir de ahí, con la banda derecha como autopista (con Alfaro por el lesionado Jeffren), el cuadro pucelano pudo poner tierra de por medio. El propio Alfaro, Roger, Bergdich... las ocasiones se sucedieron pero el segundo no llegó. El palo fue también el aliado de Jacobo, en una buena acción del 9.

Pero, tras un susto con un saque de esquina, el Valladolid desapareció. Es el único pero. A veces el cuadro de Rubi se diluye. El Tenerife empezó a encontrarse cómodo y, aunque solo tuvo una ocasión clara -de Aridane tras error de Valiente, que el mismo central resolvió-, la inseguridad del 1-0 mantenía la tensión.

Esta siguió tras el descanso. Y solo acabó con el segundo de la tarde para los locales. De nuevo de falta directa. Esta vez por el lado izquierdo. Con Timor como protagonista. Y con un cañonazo que Jacobo solo vio pasar por su palo.

Ese tenía que haber sido el final, pero no lo fue. El Real Valladolid se relajó, demasiado. No lo pagó, pero no es buen síntoma. Algo hay que corregir aunque se vaya segundo.

Real Valladolid: Varas, Chica, Valiente, Rueda, Peña, Rubio (Timor, min. 60), Leao, Jeffren (Alfaro, min. 10), Bergdich (Óscar Díaz, min. 77), Óscar y Roger.

Tenerife: Jacobo, Javi Moyano, Carlos Ruiz, Hugo Álvarez, Albizua, Aitor Sanz, Vitolo, Maxi Pérez, Guarrotxena (Suso, min. 70), Cristo Martín (Uli Dávila, min. 59) y Aridane (Ruso, min. 70).

Árbitro: Areces Franco (colegio asturiano). Mostró amarilla a Valiente (min. 24), Leao (min. 27), Bergdich (min. 34), Alfaro (min. 66), y a Hugo Álvarez (min. 5), Cristo Martín (min. 31) y Aitor Sanz (min. 89).

Goles: 1-0 (minuto 3). Rueda. 2-0 (minuto 66). Timor. 2-1 (minuto 92). Uli Dávila.

Incidencias: 10.251 espectadores en el José Zorrilla.