La Eurocámara da 'luz verde' al mecanismo para liquidar bancos

Europa Press
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El Parlamento aprueba la herramienta que incluye un fondo de 55.000 millones de euros para financiar futuras quiebras y garantiza a los contribuyentes que no pagarán la factura

PE DA LUZ VERDE A MECANISMO DE RESOLUCIÓN BANCARIA Y FONDO DE 55.000 MILLONES - Foto: PATRICK SEEGER

 
El Parlamento Europeo aprobó ayer en su último pleno antes de las elecciones del 25 de mayo las piezas finales de la unión bancaria, un proyecto que se ha puesto en marcha en un tiempo récord de menos de dos años como respuesta a la crisis de deuda de la eurozona, pero que ha quedado diluido respecto a los planes iniciales por la presión de Alemania. 
 Los eurodiputados ratificaron las tres normas pendientes para completar la unión bancaria: el mecanismo único de liquidación de entidades en crisis y el fondo de 55.000 millones para financiar quiebras y reestructuraciones; la directiva que obligará a los accionistas y acreedores -incluidos bonistas sénior y grandes depositantes-, en lugar de a los contribuyentes, a asumir pérdidas en futuras crisis, y la norma que refuerza los sistemas nacionales de garantía de depósitos de hasta 100.000 euros. 
 «A partir de ahora, los contribuyentes no pagarán sistemáticamente la factura de las pérdidas de los bancos», resaltó el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz. «La unión bancaria completa la unión económica y monetaria, pone fin a la era de los rescates masivos y garantiza que los contribuyentes ya no pagarán la factura cuando los bancos se enfrenten a dificultades», subrayó por su parte el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier. 
 «La unión bancaria no solo ayuda a restaurar la confianza en el sector financiero, sino que también garantiza una fórmula auténticamente europea de supervisión y de liquidación de bancos cuando quiebran», sostuvo el político francés. 
 
RONDA DE TEST. La Eurocámara ratificó ya el pasado septiembre el primer pilar de este proyecto, la creación de un supervisor único. La tarea fue encomendada al Banco Central Europeo (BCE), que la asumirá en noviembre tras realizar una nueva ronda de test de estrés a los grandes bancos de la eurozona. 
 El proyecto de unión bancaria se lanzó en la cumbre de junio de 2012, en pleno epicentro de la crisis de deuda y en paralelo al rescate bancario de España. Su objetivo es romper el vínculo entre deuda bancaria y soberana y lograr que sean las propias entidades y no los contribuyentes los que paguen la factura de futuras crisis. Los líderes europeos esperan que la decisión acabe con la fragmentación financiera de la eurozona y permita que las empresas paguen un mismo tipo de interés, independientemente de que sean españolas. 
 Sin embargo, la presión de Alemania, que rechaza pagar por los bancos de otros Estados miembros, ha diluido considerablemente el proyecto original. Así, se ha retrasado indefinidamente la creación de un sistema común de garantía de depósitos, que iba a ser el tercer pilar de la unión bancaria.