El centro educativo apuesta desde hace años por un "aprendizaje inteligente" que se traduce en la incorporación de técnicas cooperativas, rutinas y destrezas de pensamiento, desde el que se ha evolucionado a la metodología ABP (aprendizaje basado en proyectos) en el que se enmarca esta actividad. Se trata de presentar a los alumnos un reto de la vida real iniciando un proceso de investigación que les lleva a buscar posibles soluciones a la situación planteada, lo que fomenta en los niños "una actitud positiva hacia el aprendizaje y despierta en ellos una gran motivación". En este marco, en la etapa de Primaria, pretende concienciárseles en el uso responsable del agua planteándoles un reto, diferente según su edad, a partir de la problemática de la sequía, en cuya resolución han colaborado algunos abuelos de los propios pequeños, que les han explicado los cambios observados desde su niñez en relación con el agua.