El Real Valladolid se encontró ayer con lo que es la máxima categoría del fútbol español. En un partido de respeto ante el Alavés, con pocas ocasiones claras, cedió su segunda derrota en el José Zorrilla en el minuto 93, en el tiempo añadido por el colegiado, y tras un saque de esquina a favor. Los blanquivioleta, quizá por las ansias de ganar habiéndose visto mejor que su rival en la recta final del encuentro, se lanzaron a por los tres puntos, desguarnecieron la zona de rechazo y se encontraron con una contra letal del Alavés, que finalizó Ibai con el definitivo 0-1.

¿Justo? Quizá por la visto en el terreno de juego no, pero... Tanto el Real Valladolid como el Alavés propusieron un encuentro en el que lo importante era no encajar. Bien en defensa ambos, en ataque apenas hubo ocasiones claras. Algún lanzamiento lejano y poco más. El choque iba de un lado a otro. Una llegada de unos les permitía jugar unos minutos con el temor de los otros. Y así se fueron consumiendo minuto a minuto.

La segunda parte, con los cambios, hizo que el dominio fuese más de los locales, que dispusieron de la mejor ocasión en un pase al hueco en el que Keko, tras un gran control, se topó con Pacheco. El extremo estaba solo y quiso batir por debajo de las piernas al portero, que despejó. El balón quedó muerto y cuando parecía que el blanquivioleta iba a llegar, apareció Laguardia por detrás. ¿Penalti? El VAR no dijo nada, pero al menos sí hubo polémica.

En esas estaba el Pucela, volcado a por el 1-0 cuando se encontró, cuando el partido agonizaba, con el 0-1. Jarro de agua fría, duro golpe... así es la Primera.