La mano derecha de Pastor

M.B
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Marko Krivokapic disfrutó durante cinco temporadas del balonmano en el BM Valladolid. Se retiró en 2013 y desde entonces es ayudante del técnico vallisoletano en el Pick Szeged húngaro

La mano derecha de Pastor

Esta semana está a caballo entre Palencia y Valladolid, ya que está cursando el segundo módulo de Máster Coach 2018; aunque reside habitualmente en Szeged (Hungría). Tiene casa en Arroyo y no le faltan ganas para venirse a vivir aquí. Nació en Senta (Serbia), jugó en la antigua Yugoslavia, en Portugal y en España, donde demostró ser un lateral izquierdo inteligente y donde levantó su único título, la Recopa de Europa.

Marko Krivokapic nació en 1976, aunque hasta 1990 no comenzó a jugar al balonmano. Lo hizo después de varios años destacando en natación, ganando varios Campeonatos de su país: «Empecé a bajar el nivel y decidí cambiar de deporte. Y el único en condiciones era el balonmano», reconoce. Y así, a los 14 años comenzó a jugar en el Senta. Lo hizo ya como lateral izquierdo, puesto que ya no abandonaría nunca. 

Dos años después se fue al Jugovic, donde ya disputó la Primera División: «Estuve seis años antes de irme al Sintelon». Con este último club hizo su primera incursión en torneos continentales, llegando a las semifinales de la City Cup, en las que su equipo cayó ante el BM Valladolid.

En 2000 se quedó sin contrato y se fue a Madeira, en Portugal, donde jugó otras cuatro campañas antes de llegar a la Asobal, uno de sus objetivos desde que jugase esa eliminatoria ante los vallisoletanos. Fichó por el Granollers, donde ya Pastor le tentó;aunque allí estuvo de 2004 a 2007; cuando se incorporó al BMAragón: «A Valladolid llegué tras un año muy malo en Zaragoza». Y aquí disfrutó, del balonmano, de la ciudad, del equipo, de la afición...

«Puedo decir que allí pasé mi mejor época del balonmano y la peor. Los dos primeros años fueron los del mejor nivel; los últimos tres buenos como jugador pero el balonmano empezó a decaer», analiza ahora en frío. Aquí ganó la Recopa y jugó la Champions League.

Al comienzo de la campaña 2012-13 comenzó a notar que los problemas físicos le empezaban a lastrar y decidió retirarse al finalizar esa campaña. Lo hizo a pesar de tener un año más de contrato. Coincidió con la salida de Pastor al Pick Szeged y éste le tentó: «Me llamó un día diciéndome que tenía esa opción y que si quería ir con él».

Y en la campaña 2013-14 se fue con él a Szeged:«El cambio fue duro. Al principio no estaba preparado; Pastor me ayudó mucho». Krivokapic, además de traductor, coordina a los entrenadores de las categorías inferiores del club húngaro: «Tratamos de trasmitir las cosas que hacemos en el primer equipo». No descarta entrenar algún día, aunque no piensa en el futuro. Solo en el presente.

Y ese es el actual campeón de Hungría. Viene a Valladolid todos los años y mantiene contacto con la mayoría de jugadores de sus cinco años aquí: los que pasó de 2008 a 2013.

Jugó la eliminatoria en Backa Palanka

«Un día me gustaría jugar en Valladolid». Marko Krivokapic le dijo esa frase a su mujer la primera vez que jugó en Huerta del Rey. No fue con el BM Valladolid, ni con el BM Aragón ni con el Granollers... fue con el Sintelon en marzo de 2000. Krivokapic jugaba en el conjunto por entonces yugoslavo y se midió con los vallisoletanos en las semifinales de la City Cup. En Huerta del Rey, los de Pastor ganaron por 32-20, pero en Backa Palanka -hoy Serbia-, los de Krivokapic estuvieron muy cerca de remontar (30-20). Fue una eliminatoria muy recordada por aquel equipo pucelano, ya que además de un viaje muy largo, cuando llegaron se encontraron con la realidad de que aquel país acaba de pasar una guerra. «Fue un viaje que te da la vida», llegó a decir Pastor en alguna ocasión.