De entre los habitantes de La Santa Espina perviven algunos de los primeros colonos que llegaron a este lugar procedentes en su mayoría de los municipios más cercanos, como Castromonte, Torrelobatón, Torrecilla de la Torre y San Pelayo para iniciar un nuevo proyecto de vida en el nuevo espacio urbano y en las tierras de cultivo, preparados por el entonces Instituto Nacional de Colonización.