Este es el principal mensaje que trasladó en su primer discurso como presidente del PP de Valladolid ante los afiliados del partido a los que garantizó que no les va a defraudar y a los que instó a "remangarse" la camisa y a ser "machacones" cada uno en su lugar y en su responsabilidad para seguir mirando hacia adelante por un camino de "unidad, estabilidad, rumbo claro, ilusión y cercanía".