El problema del acoso escolar se extiende como una mancha de aceite en Valladolid. Lo hace muy lentamente, clase a clase, pero ya afecta a siete de cada diez colegios de esta provincia. Pese a que tanto las denuncias como los casos de bullying confirmados por la Junta de Castilla y León son menos que el curso anterior, la cruda realidad del acoso entre iguales se cuela en las aulas de 142 de los 198 centros educativos vallisoletanos: el 71,7 por ciento del total.
El último informe elaborado por el Observatorio de la Convivencia Escolar de Castilla y León destaca que son ya mayoría los colegios e institutos de Valladolid que se ven obligados a comunicar algún tipo de incidencia en relación con el bullying, un porcentaje que ya era superior al 60% en el curso 2016/17 (128 centros educativos afectados), pero que hace solo un par de años apenas llegaba al 15% (31). En los datos del último curso analizado (2017/18), se detalla que la Junta investigó en Valladolid 129 casos de supuesto acoso escolar, de los que solo se pudieron confirmar 32. Un año antes, las denuncias que se presentaron ante la Dirección Provincial de Educación fueron 151, y, de ellas, se confirmaron 36, después de efectuar la pertinente investigación administrativa, lo que se traduce en descensos del 20 y el 11%, respectivamente. En el 2015/16 las cifras eran mucho más bajas, ya que solo 12 de los 72 casos llegaron a verificarse.
El propio consejero de Educación aseguraba tras la última reunión del Observatorio que «Castilla y León cuenta con las aulas más seguras del país», al tiempo que reflexionaba sobre el hecho de que si cada vez se van conociendo más casos es fruto del trabajo desarrollado en estos últimos años por la Junta, que ha implantado varios protocolos de actuación para luchar contra el acoso escolar, y que, a juicio de Fernando Rey, «es lo que hace que el problema aflore».
las víctimas. En cambio, para la presidenta de Déjame ser Feliz, la primera asociación contra el bullying de la provincia, «aún falta mucho por hacer» y no tiene una visión tan optimista. «Fijo que hay mucho más casos y muchos más colegios afectados por el bullying, pero lo que pasa es que no se dan a conocer. Es rarísimo que haya un colegio sin casos de acoso en todo un curso, pero lo que pasa es que unas veces se silencian y no llegan a la Consejería, y hay otras veces que no se quiere denunciar», tal como asevera Marta Cortés.
Desde Déjame ser Feliz se sigue trabajando en poner su granito de arena para ayudar a las víctimas del bullying y sus familias. «Ya hemos celebrado unos cursos de defensa personal en el CDO, que fue una actividad que funcionó muy bien y que queremos repetir, y tenemos preparados también unos cursos de autoestima que vamos a llevar a cabo en uno de los centros cívicos de Valladolid, que aún no sabemos en cuál, porque seguimos con el problema de no tener local que nos sirva de sede a la asociación; ni nos lo facilita ninguna administración, ni nos lo podemos permitir con los fondos que tenemos», confiesa la presidenta de esta organización que echó a andar a principios de 2018 y que ya ha llegado a acuerdos de colaboración con el Consejo Local de la Juventud y con Movimiento contra la Intolerancia: «No somos muchísimos socios, pero vamos dando pasos y organizando cosas para ayudar a los chavales, porque este es un problema muy serio que genera situaciones gravísimas a las víctimas que muchas veces ni tan siquiera saber a quién recurrir», apostilla Cortés. Déjame ser Feliz ofrece información de todas sus actividades en su perfiles de Twitter, Instagram y Facebook, así como a través del teléfono 678048425, con el que se puede contactar con esta asociación.
acoso por whatsapp. En este sentido, uno de los ejemplos de la crueldad a la que se enfrentan los que sufren el bullying es lo que se mueve a través del mundillo virtual de internet y los smartphone, tal como explica Cortés, que apunta que «el problema del ‘ciberacoso’ es tremendo»: «En esto ya no vale solo hablar y poner la atención en los riesgos de las redes sociales, que muchas veces todo se centra ahí, porque muchísimos casos son solo a través del WhatsApp, pero con eso ya es suficiente para hacer mucho daño a los chicos que lo sufren, a través de los grupos que se crean y es que son cosas dañinas que van de móvil en móvil a toda velocidad», reflexiona la presidenta de Déjame ser Feliz. «Se dan charlas y se habla de los riesgos sobre el uso de ciertas redes sociales, pero el problema se encuentra en el mismo WhatsApp», enfatiza.
Los últimos datos que maneja la Consejería de Educación a este respecto cifran en 18 los casos de ‘ciberacoso’ que se confirmaron el pasado curso en los 142 centros educativos de Valladolid en que se llegaron a abrir investigaciones por supuestos de bullying. Los 18 de este año son menos que los 25 ataques virtuales que se llegaron a registrar en el curso 2016/17, pero sitúan a la provincia claramente a la cabeza de este problema en Castilla y León, pues, por ejemplo, ni en Ávila ni en Segovia se pudieron confirmar casos de ‘cibercacoso’, en Palencia, Salamanca y Soria se dio uno, tres en Zamora, siete en León y nueve en Burgos.
a la cabeza de la región. El ‘ciberacoso’ no es el único apartado en el que Valladolid está a la cabeza de la región. En el citado informe sobre ‘La Convivencia en los centros educativos de Castilla y León’ se destaca que no hay ninguna otra provincia en que se investiguen más posibles casos (solo Burgos, León y Salamanca superan el medio centenar anuales), ni ninguna en que se confirmen más situaciones de bullying, pese a los diez que se dieron en León o los 18 de Burgos, una provincia en la que, eso sí, se contabiliza el mayor porcentaje de colegios con casos de acoso (78,4%).