La operación se inició en abril del año pasado cuando los agentes detectaron que a través de las redes de intercambio de archivos 'peer to peer' se estaba compartiendo material que contenía pornografía infantil. Tras pesquisas, los policías identificaron a doce usuarios, cuyos domicilios se encontraban en distintos puntos de Castilla y León, que consumían y distribuían los archivos pedófilos.