El líder laborista británico, Jeremy Corbyn, clausuró ayer el congreso anual de su partido con un claro mensaje al Reino Unido: su formación está preparada para gobernar y unir al país ante desafíos complejos como el Brexit. Su discurso final ante un público entregado puso la guinda a una conferencia en la que predominó el optimismo, sobre todo tras la inyección de moral de los comicios de junio.