El juicio no llegó a celebrarse porque el acusado reconoció los hechos y aceptó una condena de seis años de cárcel, en lugar de los 9 años a los que se exponía incialmente, y, en concepto de responsabilidad civil, se ha comprometido a indemnizar a su víctima con 16.000 euros por las lesiones causadas y 64.000 euros por las secuelas sufridas, así como a abonar al Sacyl los gastos de la asistencia.