Óscar Gálvez

Óscar Gálvez

Periodista. Director editorial Castilla y León Promecal


26-M: Vox y un mar de dudas

09/12/2018

Quienes señalaban el 2 de diciembre como la fecha que iba a marcar el devenir de la política en, al menos, los próximos cinco meses no se equivocaban. Puede que incluso se quedasen cortos, porque la fuerza con la que hace una semana irrumpió Vox en el Parlamento de Andalucía nadie la tenía bien medida. Así que no es de extrañar que en los cuarteles generales de todos los partidos con representación parlamentaria en Castilla y León se haya reaccionado no solo con asombro al 12% de apoyo electoral conseguido por la formación del exdiputado del PP en el Parlamento Vasco Santiago Abascal sino, también, con preocupación. Porque desde el 2 de diciembre las estrategias de todos cambian... y seguirán cambiando. 

El resultado de las elecciones andaluzas deja inevitablemente un mar de dudas acerca de cómo puede influir la entrada en escena de Vox en los próximos comicios locales y autonómicos del 26 de mayo en Castilla y León. Si en 2015 Podemos y Ciudadanos ya rompieron el bipartidismo, con un golpe en el tablero político que dejó al PP sin mayoría absoluta en las Cortes y con necesidad de pactos en la mayoría de ayuntamientos y diputaciones, un quinto en discordia introduce más incertidumbre, sobre todo por la fuerza mostrada en un territorio históricamente tan poco propicio para la derecha, ni moderada ni extrema, como el andaluz. Lo que sí se asume en el PP, aunque Alfonso Fernández Mañueco afirmase esta semana que su deseo es gobernar sin necesidad de pactos, es que con dos rivales en su mismo espacio ideológico será francamente difícil mejorar los resultados de hace cuatro años. En caso de volver a ser el partido más votado no le puede caber duda de que estará condenado sí o sí a negociar, y no de cualquier manera, porque el nuevo escenario exigirá pactos y mucho más diálogo, para los que ya debería ir entrenando. Ya lo tuvo que hacer Juan Vicente Herrera con 42 escaños en 2015, como para no ser necesario con menos... Sin embargo, por lo que más cruzan los dedos es para que la representación que obtenga Vox --que se da por segura aunque nadie se atreve a ponerle cifra-- no sea imprescindible. 

El juego de mayorías tras el 26-M puede terminar siendo muy ajustado, incluyendo una suma PSOE-Ciudadanos y quien se quiera apuntar. De hecho, los de Albert Rivera tendrán que hilar muy fino en el argumentario para descabalgar al PSOE de la Junta de Andalucía. Si casi todo se resume en que hay que acabar con cuatro décadas de Gobierno monocolor de Despeñaperros para abajo, Ciudadanos puede terminar pillándose los dedos si de Guadarrama y Somosierra para arriba las urnas les ponen dentro de cinco meses ante un escenario posible de cambio en una Comunidad gobernada durante 32 años ininterrumpidamente por el PP. En cualquier caso, el 26 de mayo no será el final de nada, ni con Vox ni sin él. Pase lo que pase será una meta volante más en una carrera en la que dimos los primeros pasos hace cuarenta años. Y los que quedan.