Se había convertido en el lugar de botellones por los jóvenes, pero también sirvió de cobijo para indigentes y toxicómanos. Una situación que motivó abundantes quejas de los vecinos del barrio, pero que también obligó a intervenir en numerosas ocasiones a los servicios de emergencia, que en 2010 localizaron el cadáver de un hombre de 53 años. Los propietarios construirán un pequeño hotel.