Según ha informado la Policía Nacional, las víctimas reciben llamadas en las que les exigen cantidades que oscilan entre 1.000 a 10.000 euros por la liberación de un familiar "imitando su voz e intentado generar una situación de bloqueo y angustia". No se trata de ningún secuestro real "sino de una estafa telefónica que busca presionar a las víctimas mediante amenazas para que paguen".