La consulta, que no está reconocida por el Gobierno ni por el Poder Electoral y es un acto de desobediencia civil de la oposición, se había desarrollado hasta entonces con normalidad. Los organizadores habían expresado temores ante posibles actos de violencia de los llamados "colectivos", grupos chavistas a veces armados que ya asaltaron la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), de mayoría opositora