Sinopsis oficial
Desesperado, hambriento, aterido de frío, huido de su pelotón y perseguido por los cazadores de desertores, el soldado raso Willi Herold encuentra casualmente un uniforme de capitán y decide cambiar su identidad. A partir de entonces actúa como un alto rango en una misión secreta encomendada por el mismísimo Führer. La suplantación le conducirá a los placeres y los infiernos de su nueva personalidad y le permitirá formar un grupo de soldados perdidos que actuarán a sus órdenes sembrando el horror entre la población inocente.
La crítica -
Por J.M.S.
Lo explican nítidamente en la publicidad del film, El capitán es un “viaje hacia la degradación moral, el mesianismo nazi, la perversión y la barbarie” y para ello sitúa como ejemplo la historia real de Will Herold, un soldado raso huido de su pelotón que encuentra, casualmente, el uniforme de capitán y decide asumir esa falsa identidad. A partir de ese momento, el poder se le sube a la cabeza y actúa de forma despiadada contra los desertores como él e, incluso, la población civil.
Filmada en blanco y negro (la fotografía es excepcional) esa travesía a los infiernos, donde el ser humano alcanza límites increíbles de crueldad, recrea unos acontecimientos que sucedieron en Alemania, en 1945, a dos semanas de acabar la Segunda Guerra Mundial, cuando la situación era auténticamente caótica lo que se prestaba a todo tipo de atropellos.
La primera hora de metraje es impactante, donde asistimos a esa transformación en un auténtico monstruo de Will y a ese sabor del mal que le lleva a forzar a involucrarse en actos salvajes a todos los que van situándose bajo sus órdenes. Ese interés decae a medida que avanza el desarrollo, más en concreto en el capítulo donde se describe una orgía nazi: ni es original ni la brutalidad y sordidez se traducen en calidad.