La crítica -
Por J.M.S.
La afirmación que realiza en la película el personaje de Ben Solo (el villano Kylo Ren): hay que destruir lo viejo para empezar lo nuevo, es lo que ha hecho Rian Johnson en esta octava entrega de la famosa saga galáctica.
La acción de Star Wars: Los últimos Jedi arranca temporalmente donde terminó la entrega anterior: con el encuentro, en una isla apartada, entre la joven Rey y Luke Skywalker. La valiente muchacha ha sido elegida por los rebeldes para convencerle de que regrese porque el veterano jedi puede ser la chispa de esperanza que necesita la Resistencia para volver a recuperar la galaxia y vencer a la oscura Primera Orden. Pero nada ocurre como estaba planeado.
Tras las injustas críticas recibidas por Star Wars: El despertar de la fuerza, a la que acusaron de ser continuista con la saga original y no aportar nada nuevo, a Rian Johnson, desde LucasFilm, se le dió libertad absoluta en la dirección y guión de este film. Porque si la nostalgia era la nota predominante de su predecesora, ahora se ha apostado por una historia mucho más fantástica, donde todo es posible y todo es enrevesado, lo que se ha traducido en un metraje excesivo (dos horas y treinta minutos) con claros altibajos narrativos. En su desarrollo hay secuencias realmente memorables (sobre todo aquellas en las que aparecen Daisy Ridley y Mark Hamill) que se alternan con otras alargadas innecesariamente, es el caso de la que transcurre en un planeta donde el principal recinto es un casino repleto de ricachones que han forjado su fortuna de manera bastante censurable.
Adecuada para un público juvenil, este capítulo ocho es vistoso, ameno y ofrece muchos combates galácticos y más humor, aunque hay algunos gags que desconciertan.
A favor de Johnson puede decirse que ha intentado dar un giro a la saga y ha sacado lo mejor de los actores en sus papeles algo que, paradójicamente, también se vuelve en su contra porque estamos ante un reparto coral en el que todos tienen su momento de gloria, algo que resulta extenuante. Sin embargo, lo menos acertado de esta propuesta es que ha complicado innecesariamente el argumento y ha construido un malvado, el líder supremo Snoke, con menos peso de lo esperado.
Mientras que lo mejor, sin dudas, es la solvente interpretación de Mark Hamill, que está inmenso interpretando a un veterano Luke Skywalker lleno de remordimientos.